El yoga no es un ejercicio cardiovascular, sin embargo, en una clase se pueden llegar a quemar entre 250 y 400 calorías y puedes hacerlo todos los días sin tener que ejercitar de más tu cuerpo. Las posiciones de yoga te permiten no solo perder peso y aumentar el metabolismo, sino también mejorar tu elasticidad, tu equilibrio y ayudar a relajarte y manejar mejor el estrés.
El yoga fortalece tus músculos, ya que trabajas con todo el cuerpo, aumentas la flexibilidad y al mismo tiempo tonificas tus músculos, haciéndolos más fuertes y firmes y quemar calorías aún en reposo. Si estás en constante estrés, nervios o tensión, el yoga ayuda a calmar la mente, la realización de las posturas y cómo se construyen, así como la respiración, te liberan y relajan.
Las posturas o asanas que se realizan en el yoga, además de fortalecer tus músculos, estimula los órganos internos, sobre todo las posturas de torsión, flexiones e inversiones, se especializan en estimular el sistema endócrino y hay otras más que ayudan a acelerar el metabolismo. Nos ayuda a tener conciencia corporal, incrementando el autoestima y la autoaceptación. Aprendemos a respetar nuestro cuerpo y como consecuencia, entendemos qué alimentos y bebidas son mejores para nuestra salud. Crece la confianza en tu cuerpo y aprendes a evadir cualquier mensaje negativo que llegue a tu mente.
Aprende paso a paso las posiciones. El Sauce. Esta posición de yoga te ayuda a reafirmar los abdominales. Párate con los
pies juntos, luego pon el pie izquierdo sobre la rodilla derecha, formando una especie de ángulo. Pon las palmas de las manos juntas sobre el pecho y respira dos veces. En la tercera inhalación levanta tus brazos -manteniendo las manos juntas- hacia el cielo. Exhala, y dobla el torso hacia la izquierda, inhala y estira. Repite tres a cinco veces con cada pie.
Creciente. Para adelgazar abdomen y cadera, párate con los pies juntos y los brazos a los lados del cuerpo. Inhala y levanta los brazos a los lados de la cabeza, exhala y dobla tu cuerpo hacia adelante. Inhala, y al exhalar pasa la pierna derecha hacia atrás en una estocada. Esta pierna debe quedar extendida, la izquierda flexionada. Inhala y levanta los brazos, exhala y vuelve a la posición original. Repite con el otro pie.
Arco. Esta posición te ayuda a consumir energía y mantener tu metabolismo funcionando rápidamente el resto del día, además de fortalecer los músculos de tu espalda y pecho. Acuéstate boca abajo con las manos a los lados de tu cuerpo y con las palmas hacia arriba. Dobla tus rodillas e intenta tomar tus tobillos -no tu pie- con tus manos, manteniendo distancia entre los pies y la cadera y los hombros alejados de las orejas. Mantén treinta segundos, repite tres veces.
Puente. Este ejercicio permite abrir el pecho y que la glándula tiroidea se masajee, lo que la ayuda a liberar hormonas para controlar el metabolismo. Ponte boca arriba, con las piernas flexionadas y los pies separados a la altura de la cadera. Levanta tus 
caderas sin separar los pies del suelo ni un poco, manteniendo la cadera paralela. Pon tus brazos debajo tuyo e intenta entrelazar tus manos. Mantén la pose un minuto, baja y repite dos veces más.
Arar. Esta pose mejora la circulación de la sangre hacia la tiroides, la pituitaria y la glándula adrenal, lo que hace liberar más endorfinas y hormonas que regulan el metabolismo. Acuéstate sobre tu espalda con las piernas estiradas hacia el techo, los brazos a los costados del cuerpo con las palmas hacia abajo. Haz fuera con tus manos y levanta tu cadera, llevando las piernas hacia atrás, intentando que toquen el piso. Cuando lo logres, pon tus manos juntas como en la posición del puente.