Hay muchas mujeres que están obsesionadas con la comida sana y la dieta que rechazan todo tipos de comida que no sean naturales. Este tipo de personas se preparan su propia comida porque no se fían de nadie. Dedica horas a examinar lo que van a comer, corta los alimentos y verduras minuciosamente y la cocina solo en recipientes específicos, mastica la comida muchas veces para digerirla mejor. Este tipo de personas luchan por mantener sana su mente, conseguir un excelente estado físico, una imagen atractiva y ser perfecta, cayendo sin que se den cuenta en un comportamiento extremo y delicado; una enfermiza obsesión que gira en torno a lo que debe comer y a lo que no debe comer. Esta obsesión por comer sano, por hacer dieta no los deja disfrutar de la vida, planear salidas y comer con sus familias.
Quienes sufren esta obsesión por la comida sana, en su mayoría son mujeres que siguen dieta de tipo crudívoras, vegetarianas, macrobióticas o frutistas, tienen una situación económica que las ayuda con esa especie de dietas, son rígidas, estrictas y son exigentes consigo mismas.
Aunque muchas personas tengan las mejores intenciones con este tipo de dieta pueden tener las peores consecuencias, ya que una dieta extrema sin la supervisión de un médico puede afectar la salud. Cuando este tipo de dieta se vuelve mucho más severa y comienzas a excluir alimentos que sirven para que tu salud no se deteriore, puedes comenzar a padecer de anemia, deficiencias o riesgo de infecciones, puedes incluso liberar alergias o intolerancias a algunos alimentos, tendencias a sufrir de osteoporosis por la falta de calcio, problemas renales, ansiedad, depresión, hipocondría, dolores en el cuerpo, falta de energía y ausencia del período.
El aparato digestivo está diseñado para comer de todo, pero si intentas que sólo acepte ciertos alimentos harás que pierda su capacidad de defenderse y aumentas el riesgo de que sufras intoxicaciones. Muchos psicólogos recomiendan que la persona afectada vaya a una terapia psicológica y a un programa nutricional para que su cuerpo y mente se vuelvan a equilibrar y evitar que caiga en la conducta que perjudicaba su salud.
Comer sano, volverse al vaganismo, ponerle atención a lo que se come o seguir una dieta estricta no significan necesariamente que se sufra una obsesión, pero esa actitud se puede volver patológica si convierte en lo primordial en su vida. Este tipo de personas que padezcan de esta obsesión deben tratar de evitar que la comida gobierne su vida.