El strobing es una técnica de maquillaje que consiste en acentuar los puntos de luz del rostro y no las zonas más oscuras como proclama el contouring.
Los maquilladores lo hemos usado desde siempre y se aplica con la ayuda de un corrector y un iluminador. Gracias a ello es posible estructurar todo el rostro al tiempo que se le proporciona brillo y esplendor.En el strobing no será necesario usar una base oscura para resaltar tus facciones.
El strobing era conocido como el nuevo contouring y su nombre aparece tras la llegada del baking; con esta técnica se busca crear dimensión y esplendor a la cara, según la casa Kiko Milano.
Desde hace muchos años el strobing se ha usado en pasarelas, creando un look natural en la cara. Los franceses llevan años usándola y ahora se ha vuelto toda una revolución, convirtiéndose en el opuesto del contouring.
La técnica del strobing es más sencilla que el contouring, pero requiere una piel perfectamente limpia e hidratada para que el rostro brille de forma natural. Además la clave está en conseguir una piel sin imperfecciones, así que un buen truco consiste en aplicar junto a la crema hidratante un corrector para tapar manchitas, granos y otras imperfecciones. A continuación se aplica el iluminador en la frente, la parte alta de los pómulos, los laterales de la nariz y la barbilla. Acaba aplicando un poco de colorete en color melocotón en los pómulos. Puedes completar el maquillaje con un toque de máscara de pestañas y un gloss o barra de labios nude. Como ves, una técnica sencilla y perfecta para el verano.
Es importante tomar en cuenta el tono de tu piel; si eres blanca es recomendable un iluminador con un tono suavemente rosado. Si eres de piel intermedias se recomienda un iluminador con matices dorados. En cambio para pieles oscuras se debe preferir iluminadores con pigmentos suavemente anaranjados.