La flamencoterapia son ejercicios  basados en el baile flamenco diseñados por una bailadora y flamencóloga granadina que ha verificado esos efectos en vencer la depresión, mejorar el riego sanguíneo, aliviar los dolores de  espalda o ganar agilidad y el fortalecimiento del suelo pélvico para frenar la incontinencia urinaria.
Su creadora, Ana María Ruíz al diseñar esta terapia aunó  sus conocimientos de danza y flamenco, con algunos elementos de pilates y en conversaciones con psicólogos. La flamencoterapia  no es  agresiva,  insiste en los estiramientos y  contribuye a mantener en forma el cuerpo y la mente. Básicamente está destinado a personas con problemas de depresión, soledad o Alzheimer, a quienes ya no tienen edad para ser estrellas del baile flamenco pero quieren aprenderlo, a discapacitados psíquicos o a quienes sufran reducción de la psicomotricidad. Las coreografías de esta danza utilizan castañuelas, abanicos y mantones tras un buen calentamiento es posible mejorar increíblemente física y psíquicamente.
La mente se ejercita para recordar los pasos, el oído para seguir el compás y el cuerpo para ejecutar los movimientos, mientras que la música aporta sus bondades psicológicas a ritmo de bulerías, fandangos o tanguillos, señala.

Con la flamencoterapia también se  da a conocer el arte flamenco y los diversos sentimientos que se transmiten con el canto y el baile.

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