El ideal de todas las personas (hombres y mujeres) es mantener el peso perfecto, es decir, estar sin sobrepeso. El test de determinación corporal tiene como misión principal conocer exactamente los kilos a perder y, lo que es más importante, cómo perderlos.
Con él se conocerá cuánto pesan los huesos y los músculos, y qué cantidad de agua y grasa se encuentran en el organismo. Partiendo de esta base se podrá diagnosticar el régimen alimenticio más adecuado y efectivo para cada caso.
Este test, que se inicia con la toma de medidas métricas y eléctricas del paciente, determinará el riesgo coronario, la localización de la obesidad, la cantidad de agua y grasa del cuerpo, el número de kilos a reducir y el ejercicio que se deben realizar diariamente. Una vez conocidos todos estos datos, con la ayuda informática de un programa especial, el paciente puede ver en el ordenador dos gráficos: uno que le mostrará la situación actual de su organismo y el otro que le indicará la distribución de elementos más optima para su salud.
Un historial médico, análisis de sangre y el test de determinación corporal son los tres elementos necesarios para cumplir con el objetivo que tienen los médicos especializados, el cual es realizar el régimen más adecuado para cada persona con la finalidad que pierda peso en las zonas deseadas, sin poner en peligro la salud ni propiciando la flacidez.
Los especialistas afirman que al momento de seguir una dieta hay que tener en cuenta unas reglas básicas:
- Olvidar el mito de la pastilla o inyección mágica que al instante elimina el peso que sobra.
- El tratamiento para adelgazar debe ser puntual en la vida.
- Todo régimen debe ser adecuado a cada persona, su edad, hábitos sociales, etc.
- Para adelgazar es necesario consumir menos calorías de las que se gastan.
Una vez decidida la dieta adelgazante, el último componente que garantizará el mantenimiento de aquellos kilos perdidos será la reducción alimentaria, ya que así el aporte calórico responderá a las necesidades propias.