Cuarenta años después de que la edición estadounidense de Vogue confiara su portada a una modelo afroamericana por primera vez, la diversidad ha dejado de ser una excepción en la moda. En los últimos doce meses, la industria que siempre se ha jactado de tomar la delantera a la sociedad ha decidido dar ejemplo. La elección de modelos diferentes ha permitido a las firmas epatar con sus campañas publicitarias y desfiles. Nadie sabe si la apuesta por estas profesionales con perfiles infrecuentes se debe a una voluntad real por visibilizar minorías o, por el contrario, se pretende obtener rédito comercial y mediático. Sea lo que fuere, 2014 lega a la historia de la moda una docena de historias personales con nombres y apellidos que, sin pretenderlo, han conseguido subvertir la discriminación y colmarla de significado.

Tras verla en la última edición del talent show America’s Next Top Model, en el mes de julio la firma española Desigual fichó a la modelo canadiense Winnie Harlow –su nombre real es Chantelle Brown– para su campaña de otoño-invierno. Sin ningún precedente conocido, Harlow se ha hecho famosa porque padece vitíligo, una enfermedad degenerativa que provoca la despigmentación de la piel. “Hay gente que tiene la piel negra y hay gente que tiene la piel blanca, yo simplemente tengo las dos. A lo largo de mi vida he tenido que explicar muchas veces que no soy un monstruo y que no hago daño a nadie”, explicó en una entrevista para el canal Thosegirlsarewild de YouTube. Desigual defendió la elección de Harlow “por haber hecho de su particularísima piel su mejor baza, demostrando a todos con su actitud y autoestima que ese rasgo suyo tan peculiar es parte esencial de su exótica belleza”. La bloguera y modelo Jillian Mercado también ha vivido su año. Esta joven del Upper West Side con ascendencia dominicana padece distrofia muscular y desafía los cánones de belleza desde una silla de ruedas. Su perfil ha saltado a la fama gracias a ser imagen de Diesel –Nicola Formichetti la eligió personalmente– o Nordstrom.

El dulce momento que vive la diversidad en la moda tiene en el colectivo transgénero uno de sus mejores exponentes. Hace un mes, la firma de belleza Redken anunció el fichaje de la modelo y activista Lea T como nueva embajadora de su línea de coloración capilar Chromatics. Desde la iniciativa antisida Viva Glam protagonizada por RuPaul para MAC en 1994, ninguna casa especializada en belleza había apostado hasta ahora por un perfil semejante. El contrato de Lea T es solo un capítulo más en la exitosa trayectoria de esta brasileña. Como ella, modelos transgénero como Andreja Pejic –”el chico más guapo del mundo”, según la revista New York Magazine– o Stav Strashko han sorprendido de igual manera.

dentro_jilly_6380_635x

En enero de este año los grandes almacenes Barneys presentaron una campaña protagonizada por diecisiete modelos transgénero. El fotógrafo Bruce Weber recibió el encargo de retratarlos como parte de una iniciativa cuyos beneficios fueron destinados al Centro Nacional de Igualdad Transgénero de Estados Unidos. El proyecto, supervisado por el editor Dennis Freedman, comprendía imágenes, entrevistas y una voluntad inequívoca de “ayudar a romper estereotipos”, según explicaron sus responsables. Aunque si alguien ha ayudado en 2014 a romper estereotipos, esa es, sin duda, Conchita Wurst. El pasado mes de mayo la cantante austriaca se alzó con la victoria en el festival de Eurovisión gracias al tema Rise like a phoenix. Desde entonces, no ha parado con su actividad profesional y su activismo político. Desfiló en julio para Jean Paul Gaultier y en agosto fue retratada por Karl Lagerfeld para el último número del CR Fashion Book de Carine Roitfeld. Hace un mes se reunió en Viena con Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, para tratar asuntos relacionados con los derechos de la comunidad homosexual.

Otras de las protagonistas del año han sido las modelos Cassandra Bankson y Rebekah Marine. La primera, que padece acné quístico, saltó a la fama en 2010 gracias a un tutorial de You Tube en el que explicaba el ritual de belleza que llevaba a cabo para cubrir su rostro. El vídeo cuenta actualmente con más de 25 millones de reproducciones. Cuatro años después, la modelo, que sigue sufriendo la enfermedad, ha sido fichada por la agencia Explore Modeling y ha desfilado por primera vez en la pasarela de Nueva York. Rebekah Marine, por su parte, ha debutado este año en las procelosas aguas de la celebridad viral. Nació sin el antebrazo derecho, pero su defecto físico no le ha impedido demostrar su talento para posar. Trabaja para la agencia Model Mayhem y acaba de ser nombrada embajadora de la iniciativa Lucky Fin Project, centrada en la atención de enfermos con anomalías congénitas en las extremidades. Con un poco de suerte, en 2015 nuestras protagonistas dejarán de ser la excepción. O al menos habrán allanado el camino para que la diversidad deje de ser noticia.

diversidad_6354_635x

Por Iñaki Laguardia/ El País

Por

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies