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Los pies son la zona del cuerpo que está más lejos de la cabeza y, por lo general, a la que menos atención se le presta. Sin embargo, su buen cuidado no solo los embellece, sino que también los protege de infecciones o durezas que, con el tiempo y el crecimiento, producen mucho dolor.

La higiene en los pies es fundamental, ya que, como están cubiertas de medias o por el calzado, se mantienen en un entorno húmedo que favorece la aparición de colonias de hongos y bacterias. Para evitar este problema y el consiguiente mal olor que esto provoca, es necesario mantenerlos perfectamente limpios, con la piel bien nutrida e hidratada.

En el cuidado de los pies hay que seguir, en líneas generales, los pasos propuestos para el cuidado de las manos, además del tratamiento de las durezas.

Pasos esenciales

  • Limpieza

Los pies tienen el inconveniente de estar la mayor parte del año cubiertos, a la vez que sus músculos se mueven más que las de otras zonas del cuerpo. Y sus glándulas sudoríparas son más activas que en otras áreas, razón por la cual sudan más. Si la sudoración del pie es normal, bastará con lavarlos una vez al día y el momento más cómodo es durante la ducha; pero si se suda en exceso, será necesario lavarlos más de una vez.

Las uñas deben mantenerse muy limpias y cortas, pues debajo de su borde es donde se acumula más la suciedad, lo que aumenta la posibilidad de que se produzcan infecciones.

Como los dedos del pie, a diferencia de los de la mano, están permanentemente juntos unos con otros, la zona interdigital suele acumular humedad y sudor, y debe ser higienizada concienzudamente.

  • Exfoliación

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La piel de los pies tiende a producir durezas, por lo que es imprescindible una exfoliación periódica. En ella, y sobre todo a la hora de trotar la resistente y gruesa piel de las plantas, se pueden emplear métodos más energéticos que en otras zonas, como por ejemplo, el uso de piedra pómez para retirar las durezas de los talones y la zona de la articulación del dedo gordo, es decir, el juanete. En el resto del pie se emplearán productos más suaves (el empeine es muy delicado).

  • Hidratación

Aunque los pies estén a menudo en un medio no demasiado seco, la piel necesita hidratación para estar sana y defenderse de las colonias de bacterias y hongos. Para ello se emplea una vez al día una crema hidratante.

  • Nutrición

Al igual que la piel de las manos, la de los pies necesita nutrirse. Debe estar fuerte y sana para soportar la presión de los zapatos y para combatir cualquier posible infección.

  • Cuidados especiales

El arreglo de las uñas y el tratamiento de asperezas y callos son los cuidados especiales que deben hacerse en los pies. Bastará con hacerlo una vez a la semana

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